- Desde el FAB reclamamos
- Reapertura de la mesa paritaria
- Incorporación del FAB a la paritaria
- Compensación extraordinaria
- Que los salarios le ganen a la inflación
- Jeranquización del trabajo docente
Las situación salarial de la docencia universitaria continúa deteriorándose.
Con la publicación del último IPC de octubre que alcanzó el 6,3%, la inflación acumulada en lo que va del año llegó al 76,6%. En el mismo período los aumentos salariales de nuestro sector llegaron al 62%. Todo esto sin tener en cuenta los 30 puntos porcentuales de pérdida del poder adquisitivo que sufrieron durante el macrismo.
Las paritarias no solo han sido insuficientes en cuanto a nuestros aumentos salariales, sino que han perdido gran parte de su sentido como espacio en que les trabajadores podemos discutir y avanzar sobre las condiciones de trabajo y de este modo, ampliar nuestros derechos. Sin duda, esto explica el trato desigual que el Ministerio de Educación ha propiciado a docentes y no docentes, que recientemente han recibido una compensación de fin de año. Por otra parte, desde septiembre 2022 se ha incorporado un bono que conlleva numerosas injusticias tales como rotura de nomenclador, docentes que ganan menos cuando aumentan de antigüedad, entre otras.
En ese marco desde el FAB reclamamos:
– la inmediata reapertura de la mesa paritaria para comenzar la discusión de la cláusula de actualización junto con la previsión de las pautas inflacionarias de los primeros meses de 2023.
– la incorporación del FAB a la paritaria
– que los salarios le ganen efectivamente a la inflación
– una compensación extraordinaria para la docencia, equivalente al monto acumulado necesario para que los salarios, al menos no pierdan con la inflación este 2022
– la incorporación a la discusión paritaria de los mecanismos que el CCT contempla para jerarquizar nuestro trabajo y nuestro salario.
Les trabajadores tenemos derecho a poder prever nuestras vidas. La incertidumbre en la que hemos transcurrido este año, gracias a un presupuesto insuficiente y una representación sindical cada vez más alejada de sus bases, atenta contra todos nuestros reclamos históricos. Necesitamos empezar el 2023 sabiendo que no perderemos contra la inflación hasta la próxima revisión.