Sin dudas ayer fue un día de bronca y tristeza para el pueblo argentino. Ante una movilización pacífica que colmó los alrededores del Congreso de la Nación -y que se expresó masivamente en muchísimos lugares de la Argentina- nuevamente sufrimos la represión de las fuerzas de seguridad que actuaron de forma ilegal y desmedida. Una policía incapaz de detener a los extraños personajes de siempre que tardan más de 15 minutos en voltear e incendiar un auto frente a las cámaras, pero capaz de apresar violentamente a manifestantes o traseuntes, por lo que pedimos por la liberación de todas las personas detenidas.
Repudiamos enérgicamente las palabras emanadas desde el poder del Estado que interpreta la protesta social como terrorismo: ante ello volvemos a decir Nunca Más.
Mientras tanto, adentro del Congreso Nacional, con los votos justos, el desempate de la vicepresidenta, y la conveniente ausencia en el tratamiento en particular de dos senadores que fueron votados como opositores, se aprobó la Ley Bases y el Paquete Fiscal que, como venimos explicando en multiplicidad de intervenciones, implican un retroceso en los derechos, una entrega de nuestros recursos y un atentado contra la soberanía nacional.
Nos debemos un debate sincero y colectivo sobre cómo y con quiénes volveremos para reconstruir una Nación para todo el pueblo argentino.
Necesitamos recuperar nuestras fuerzas después de la movilización para tener la seguridad de que el camino de la lucha y la organización es el único posible para revertir el actual estado de las cosas. Caer, levantarse, luchar, caer, levantarse, luchar, decía Álvaro García Linera, ese es el camino de las y los militantes populares. Es por ello que convocamos por sobre todas las cosas a la participación.
Nos vemos en las aulas, en las asambleas, en las calles.
