1° de mayo: Reivindicamos una universidad de trabajadores, reclamamos salarios dignos para la docencia universitaria y nos manifestamos en defensa de los derechos laborales.
Desde el FAB convocamos a movilizarnos el próximo 1 de mayo para conmemorar el Día internacional de las y los trabajadores. Como sindicatos de la docencia universitaria nos enorgullece reivindicar una universidad que se llene de trabajadores y trabajadoras, que sea un lugar de encuentro entre los hijos e hijas de profesionales y los de la clase obrera, para todas aquellas personas que, sin importar la edad, la clase o la nacionalidad, que descubren en nuestras casas de estudio la posibilidad concreta de realizar un sueño. La educación superior pública, gratuita y de calidad no es un privilegio, es un derecho, y eso es lo que más de un millón de personas en todo el país gritamos a viva voz el martes pasado. Un derecho individual, sin dudas, pero también un derecho social a acceder, producir y compartir conocimiento que permita pensar y resolver los problemas argentinos, sin depender de los criterios crueles del mercado.
Como trabajadores/as docentes es imprescindible volver a decir que nuestro salario real ha disminuido cerca del 40% desde la asunción del gobierno de Milei. Y son los salarios docentes y no docentes los que constituyen el 90% del presupuesto universitario. No existe solución al conflicto que se expresó el martes en las calles de forma histórica y masiva si no se resuelve el problema salarial, y para ello las reuniones paritarias deben ser un espacio de negociación real y no un acto de anuncio de una resolución unilateral.
En este marco queremos reivindicar también nuestro Convenio Colectivo de Trabajo, el primero de América Latina para la docencia universitaria. La importancia y el impacto que ha tenido para la docencia se puso de manifiesto en la celebración que realizamos en Tandil el 16 de abril pasado, a diez años de su firma.
Estamos viviendo como trabajadores y trabajadoras probablemente uno de los embates más feroces contra nuestros derechos. Lo hacen sin sonrojarse cuando proponen bajar impuestos a los ricos para aumentarnos a nosotros; cuando proponen restringir el derecho a huelga, quitar toda estabilidad al empleo público, y flexibilizar los contratos de trabajo.
Tenemos por delante el enorme desafío de que toda la fuerza de la marcha universitaria del martes pasado se transforme en parte de una potente unidad para la defensa de los derechos del conjunto del pueblo trabajador frente a un nuevo tratamiento de la Ley Bases. Para ello será necesario seguir articulando entre las organizaciones sindicales para detener lo más pronto posible un proyecto de disolución nacional como el que encara el actual gobierno.