La actualidad política nos presenta un escenario complejo y adverso en muchos sentidos. No solo los ataques a la Educación Pública y a las Universidades en particular son directos, sino que en simultáneo se ataca a los sindicatos y a les trabajadores que representamos. Esa maniobra pone en cuestión a todo el sistema: desde el aula hasta los presupuestos de las Universidades. Y más allá del resultado electoral, gran parte de esos discursos falaces quedarán instalados como sentido común en el discurso político.
Defender nuestra posición, no ya salir a la ofensiva, es una labor de idéntica complejidad que requiere de diálogos, consensos y sobre todas las cosas, actores/as representativos/as de los intereses y derechos que estamos cuidando.
Hoy vemos que esta CONADU disminuida tanto en el número de sindicatos que participan activamente de ella cuanto en su capacidad política y cómoda solo para su secretario general que no logró hacer pie ni en su sindicato de base, no es la herramienta necesaria para articular demandas, estrategias políticas y las mayorías que permitan, nuevamente, apenas defender nuestros derechos.
El uso de los recursos federativos para agudizar la confrontación y el intervencionismo llevado adelante por Carlos De Feo en golpes institucionales como en Avellaneda (ADUNA) o Tierra del Fuego (AFUDI), en la judicialización de la política gremial o para intervenir en paritarias locales como en Nordeste (CODIUNNE), San Juan (SIDUNSJ) o el intento de aplicar sanciones a Mar del Plata (ADUM) mediante una intimación ilegal para el cobro de cuotas, son ejemplos de una decisión de sostener el conflicto interno y la exclusión de más del 70% del volumen de afiliados y afiliadas a la Federación, tanto de la vida interna cuanto de la paritaria.
De esta manera, los sindicatos de base quedamos entre los ataques de la Federación que supuestamente nos representa y que existe a partir de cada uno de nosotros y la brutalidad de un discurso neoliberal homogéneo, preciso y con objetivos claros.
Esta situación injustificable ha desgastado a la propia Federación y tarde o temprano va a llevar a un desgaste de las propias organizaciones incapaces de dar respuesta por la ausencia de una Federación que las acompañe. Mucho más remota aún aparece la posibilidad de una ofensiva que logre articular una estrategia gremial que permita recuperar salarios, discutir nuevos problemas y las condiciones de trabajo.
No es esta Federación pequeña la que queremos ni la que soñamos quienes hicimos de ella la más numerosa y representativa. Mucho menos la que necesitamos hoy, que debe construirse con diálogo, democracia, unidad y perspectiva de crecimiento a largo plazo incluyendo a todos y cada uno de sus sindicatos de base y aprendiendo a convivir, incluso en la diferencia.
El momento y la situación demandan madurez y responsabilidad en la construcción de una salida democrática que atienda la nueva realidad, sin trampas y con participación plena, algo que en estas condiciones no está garantizado en las distintas instancias estatutarias de gobierno y decisión de la Federación.
Refundar la CONADU a la altura de lo que hoy se necesita implica mayores diálogos y algunos renunciamientos que habiliten una construcción verdaderamente representativa que esperamos alcanzarla en breve para así enfrentar los desafíos que nos esperan.
Argentina, 06 de octubre de 2023
Clara Chevallier(Sec.Gral.ADEIUNAJ), Florencia Granato (Sec.Gral.AGD.Río Cuarto), Verónica Gargiulo (Sec. Gral. ADUNCe), Arnaldo Ludueña (Sec. Gral. ADIUNGS), María Susana Liwsky (Sec. Gral. CODIUNNE), Esteban Vergalito (Sec. Gral. SIDUNSJ), Fabiana Maguna (Sec. Gral. SIDIUNCAUS), Beatriz Introcaso (Sec. Gral. COAD), Javier Blanco (Sec. Gral. ADIUC), Pedro Sanllorenti (Sec. Gral. ADUM), Ary. Piovaroli(Sec. Gral. ADIUNPAZ) Florencia Greco (Sec. Gral. ADIUNMA), Horacio Itzcovich (Sec. Gral. ADUNIPE, Verónica Bethencourt, Maria Cristina Pauli, Gerardo Pérez, Gerardo Fitipaldi (Congresales Lista Violeta- ADULP)
